Zasca


El pasado domingo vi el último programa de Salvados, donde se reflexionaba sobre la utilización de los móviles a todas horas y por todas las capas sociales.  Si algo se dejaba patente es que, frente a lo que podría parecer, la utilización de redes sociales de todo tipo no hace más que simplificar los temas (cualquier tema) y las relaciones entre las personas hasta un punto en que la vida parece que deba limitarse a una sucesión de eslóganes. 

Y esto triunfa porque la simplificación es la base de la convivencia en el mundo más complejo que jamás ha existido. Los chistes nos llegan por wassap. Las consignas se reciben a ritmo de twitter e incluso existe un medio de comunicación (por llamarlo de alguna forma) cuyo contenido se basa en un 50% en los supuestos 'zascas' que unos meten a otros. 

Sí, el zasca, ese recurso en 140 caracteres en el cual pretendes ser gracioso/ingenioso mientras contestas al contrario y que sólo tiene éxito si una horda de vociferantes adláteres retuitean, responden ¡zasca! o hacen cosas similares como escribir: jajajaja o jojojo. Pero el zasca está muy de moda: ¿qué es si no un zasca el sí al brexit, o el voto a Trump? Al final, la gente vota una u otra opción por meterle un zasca al contrario, no porque le gusten mucho los suyos... Y es que el mundo es realmente tan complejo que tanto los políticos como la prensa, sindicatos o universitarios, andan realmente perdidos y la única forma que tienen de vendernos su función es la simplificación. Y el resto, se la compramos.

Hace poco murió un conocido. José Luis, que así se llamaba, era inteligente y mucho de reír. También era de hablar y, sobre todo, de comprometerse. Era consciente de la complejidad del mundo y, aun así, trataba de simplificarlo porque creo que incluso las personas inteligentes necesitan un camino, una orientación que haga que no se pierdan entre tanta información, desinformación y complicación de este mundo. La simplificación es la forma de quitarnos el problema de la complejidad (y el de la coherencia) por el camino del medio. Y el zasca es la demostración palpable de que esa simplificación no sirve de nada porque siempre hay un contrario que desvirtúa nuestro mensaje simple con una simpleza mayor. 

El simplificador mayor del planeta es obviamente el presidente de los Estados Unidos de América, que comparte con el mundo su política por twitter y que no pierde la oportunidad de meterle un zasca al primero que se le acerque, a ser posible, en MAYUSCULAS.

Cada vez que leo lo de zasca se me revuelven las tripas. Por la simplificación brutal de cualquier tema  (el zasca cierra cualquier atisbo de debate) y por el supuesto ingenio del respondón. No sé si quizás el mundo en el siglo XVII debía ser mucho más sencillo que ahora, pero desde luego los zascas tenían más caché. Véase si no cómo Quevedo, en fina ironía, arremete contra Góngora imitando cómo éste haría un poema sobre el trasero:

Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisferio
zona divide en término italiano;

este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;

el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;

éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.

Esto es un zasca, señoras y señores. Y sobre un tema totalmente pertinente: el culo. 

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