Graffitis en el Parque del Agua

He de reconocer que no soy de graffitis. En el 99% de los casos creo que su objetivo se parece más a mostrar que 'Pepito estuvo aquí' o 'Yo la tengo más grande' que a la expresión de un movimiento social para el cual, en su momento, los muros de hormigón de las ciudades representaban el símbolo de la opresión y la sinrazón y había que redefinirlos. Pero en la actualidad, además de que las ciudades han cambiado mucho respecto a las de los 70, los graffitis son más una muestra de suciedad y de incivismo que de filosofía urbana, sobre todo el 'graffiti-firma' cuyo único objetivo es marcar cualquier pared, muro, local, puerta de garage, edifico oficial, histórico u obra de arte con la impronta de un cualquiera.

Pero hete aquí que voy el otro día al Parque del Agua y me encuentro con este mural de, aproximadamente, 30-40 metros de largo por 4-5 de alto.

El color rojo, contrastando con el azul del cielo, llama poderosamente la atención, pero los pequeños y grandes detalles que conviven dentro de una obra como la expuesta hacen que sea muy atractiva, pues se ha hecho con mimo, con cuidado y con cabeza por parte de los graffiteros (de hecho da la sensación que son varios los que realizan el mural dada la diferencia de estilos).

Y es que, para todo hay que valer. Además de que las cosas hechas con talento nunca 'ensucian'. Les voy a poner buena nota.