Lujo asiático

Tras un viaje a Eurodisney (aún sé que esperais una entrada francamente interesante relacionada con ese viaje), y disfrutar ligeramente de unas brisas pirenaicas más que necesarias, dadas las circunstancias de temperatura exterior, me encuentro como mi amiquete del igoogle: tirado en la playa y tratando de no pensar en nada y de leer lo más posible, algo que no he sido capaz de hacer en todo el año. Hasta el momento me he metido entre pecho y espalda el Quijote (la verdad es que creí que no sería capaz) y estoy a mitad de un libro interesantísmo (a mi corto entender) llamado La elegancia del erizo, que me voy a acabar esta noche. La mente está con un cable a tierra y trato de no gastar más neuronas de las necesarias, porque si no sé que las voy a echar en falta a la vuelta. Sirva este post para dar fe de que no estoy muerto, sino más que vivo, y que estoy tratando, tras los últimos reveses, de salir adelante como el Gato Félix, alegre y resugiendo de mis cenizas... jeje.

Nos vemos a la vuelta con varias series de fotos y muchas ganas de dar guerra.