Balance 2013 (1): fotos

El año 2013 ha sido interesante fotográficamente hablando: bastantes más de 5mil fotos lo atestiguan. Durante este año he contado con tres máquinas diferentes: mi vieja D200, que se cayó y dejó un botón inservible, aunque sigue siendo una gran máquina; mi nueva D600, que tiene una calidad de imagen espectacular, aunque de momento puede que no le sepa sacar un punch que tenía la D200, un no sé qué… y mi bien amado móvil iPhone 5, con calidad aceptable, pero paradigma de poder hacer la foto en cualquier momento (mientras no sea de noche). Además, también ha llegado (hace muy poco) el Nikkor 16-35 f4, que es quizás la mejor lente que haya tenido nunca. Pero esto es sólo tecnología y material.

Noto que cada vez más me gustan mis propias fotos. Me cuesta escoger. Me encuentro con descartes que me encantan. No sé si es que me estoy haciendo viejo, me estoy gustando más o simplemente que voy aprendiendo a fotografiar lo que me gusta.

Este año os he enseñado a través de este blog más fotos que nunca. Por un lado, las series de descartes de 2003 a 2012 que podéis encontrar en los meses de enero a marzo. Por otro, alguna que otra galería, como la de HongKong o la típica galería de Otoño. Varias entrada de ciudades con alma, incluyendo la de Zaragoza. Y aun así, siento que me he dejado u montón de fotos por enseñar, sobre todo las más de 800 fotos del verano, algunas de las cuales vais a poder encontrar en mi galería de mejores fotos de 2013. También mi fotografía móvil a través de Instagram o flickr (son casi las mismas fotos).

Además, noto que me he reconciliado con la réflex otra vez. A lo largo de 2012 me di cuenta que la creatividad se multiplicaba con el móvil y decaía con la D200. Éste año he vuestro a enamorarme de las fotos realizadas con las dos réflex y he disfrutado editando fotos en el ordenador además de en el teléfono de marras usando el Snapseed.

Y por último, la exposición. No pensé quedar tan satisfecho con la selección de fotos, ni con la calidad de las copias en blanco y negro ni con la reacción de todos aquellos que la habéis visto. Ha sido una experiencia tan bonita que creo que trataré de repetir (en algún lugar un poco más preparado para ello) en breve, y posiblemente veáis un calendario muy pronto y un libro para los más fans. El esfuerzo personal que esto me está costando sólo lo conocen los que saben cómo voy de atareado con el resto de mi vida, pero la verdad es que merece la pena, sobre todo por la reacción de los demás. Gracias en cualquier caso a la Fundación San Valero por ayudarme en esta aventura.

Para el año que viene hay que mantener el ritmo, buscar nuevas motivaciones y esperar vuestro feedback, el alimento del artista. Gracias por estar ahí ;-)