El crucero


Este año decidimos (qué cosas) hacer algo en vacaciones que no hubiéramos hecho nunca y por eso nos metimos en un crucero. Ya, ya, un crucero es lo opuesto a unas vacaciones a tu aire, pero quisimos explorar esa opción que era recomendada por amigos y conocidos como una experiencia inolvidable. Desde un punto de vista fotográfico era, a priori, la mejor forma de visitar 6 sitios en 7 días sin deshacer la maleta más que una vez.


El resumen es: no es aconsejable para todo el mundo, no es la mejor opción para los fotógrafos por mucho que veas muchos sitios diferentes y huye de ellos si aborreces el aborregamiento. Pero aunque no se lo aconsejaría a nadie (al menos no fervientemente) he de reconocer que, pasados los días, el recuerdo es mejor de lo esperado y la cosa tiene su puntito ya que el barco es suficientemente grande para llevar tu rollo, sea el que sea.


Ahora bien, la sensación de ser un borrego en un carguero es difícil de eliminar, y la sensación de ser un superturista (en el peor sentido de la palabra) también es difícil sacudírsela, así que desde un punto de vista fotográfico es complicado, en el poco tiempo que tienes y con la sensación de ser uno más entre miles, obtener fotografías que merezcan la pena. Yo lo he intentado, y el resultado lo puedes ver en la galería El crucero que cuelga de mi página web. Hay fotos de (están en orden) Rodas, Atenas, Santorini, Cefalonia, Dubrovnik y Venecia. Algunas de éstas últimas están repetidas en la página que dediqué a la bella ciudad italiana.

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