Lecciones de la crisis (y IV)

Voy a acabar esta pequeña serie que os he perpetrado con el último capítulo:

Lección 4ª: hay que leer más. O menos.

Cuando uno lee que a un solo banco se le van a aportar 24.000 millones de euros (unos 4 billones de pesetas) y que los tipos que dirigen -o dirigían- ese banco están todos medio forrados; cuando uno lee que sólo el ayuntamiento de Madrid paga a 254 asesores 12 millones de euros mientras muchos funcionarios están mano sobre mano; cuando uno lee (¡incluso en boletines oficiales de estado o región!) que los partidos cuando Gobiernan acaban haciendo asesores a miembros del otro partido para que sigan chupando de la teta pública y que les deban un favorcillo; yo qué sé, cuando lees tantas cosas, llega un momento que dejas de leer y te metes una chupa con capucha, un pañuelo palestino, dos banderas republicanas o esteladas, depende, y un pito de pitar y te vas a la calle a montar bronca.

Aquí es cuando el Gobernante debería leer más. La Historia de los conflictos nos dice que cuando un dirigente tiene un problema interno considerable, el objetivo es siempre tener un enemigo común. Eso cierra las filas más pretas que los pantalones de cuero de Pilar Rubio. Véase si no al Gobierno de España buscando enemigos en los mercados, en la oposición o en la calle directamente, y la que tiene liada, y véase por otro lado al Gobierno catalán, encontrando un enemigo común -nah, las mentirijillas dan igual en esto- en el estado opresor y ladrón consiguiendo que el día 12 de Octubre muchos de los mismos profes que protestaban hace poco trabajen en día de fiesta por que dicha fiesta era 'española'. Ho entens?

Si es que siempre se ha dicho que los catalanes van un paso o dos por delante.