Ciudades con/sin alma: San Francisco (2)

Con motivo de un viaje profesional, pude pasar una noche en San Francisco. Era la segunda vez que iba, de hecho hice una entrada en este blog allá por 2012. Es curioso cómo por entonces sólo vi una ciudad preciosa de la que sólo pude disfrutar una mañana, y cómo me aconsejaron ahora que no se me ocurriera ir por allí o que era una zona de "peligro". Uno ya tiene una edad para saber que el peligro es muy relativo en las ciudades, pero también tiene uno una edad para no querer pasarlo mal, así que fui con muchas precauciones a la ciudad de la bahía. Leía entradas de noticias que hablaban de una degeneración constante y de unas calles peligrosas. De lo que os hablo, si queréis verlo, es de lo que trata este video:


La ciudad, como tal, sigue preciosa. Es elegante y tiene bastante más vida que cualquiera de las otras ciudades californianas en las que he estado. Podríamos decir que se parece a una ciudad europea. 

Pero el documental no miente, hay calles (básicamente la zona del Tenderloin y calles adyacentes) donde se concentra una cantidad importante de personas sin hogar, muchas de ellas en un estado de salud mental lamentable y adictas en un gran porcentaje. La sensación no es exactamente de peligro (me refiero a andar por San Francisco en general, entrar en el Tenderloin sí que puede resultar una experiencia más complicada), pero sí de una tristeza espectacular ya que son personas dejadas totalmente de la mano de Dios. Hay personas sin hogar en muchos lugares, hay personas fuertemente drogadas en las inmediaciones de la estación de Civic Center y se nota que los ciudadanos de esta ciudad han asumido que ese es el paisaje. Se espera el tren al lado de gente inconsciente, se toma un café junto a personas que gritan en la calle, se pasea bordeando algún cuerpo tirado en la acera. 

En cualquier caso, San Francisco es una ciudad turística, y no todo San Francisco está así, desde luego. Evitando la zona que os acabo de comentar, me pareció que no había un gran problema de seguridad, y desde luego, al final, aparecía la preciosa ciudad que visité hace ya 11 años. Esto lo descubrí paseando por sus calles una tarde sin mi cámara (llegué a leer que no se me ocurriera ir con una cámara colgada del cuello), algo de lo que me arrepentiré algún día pues la luz esa tarde fue mágica. A la mañana siguiente salí con mi cámara sin problema, aunque en algún momento la metí, por si acaso, en la mochila.

Os dejo unas fotos de San Francisco con ese regusto amargo de ser por un lado una ciudad preciosa y por otro uno de los lugares del mundo con un mayor índice de desigualdad. No en vano, el Tenderloin, donde hay tanta gente que no tiene absolutamente nada, está a unos 200 metros de la sede de Twitter, cuyo dueño es unas de las personas más ricas del mundo. 












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